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Me comí a un árbol del mundo: Una experiencia inolvidable.
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¿Alguna vez has oído hablar de la expresión "comerse el mundo"? Se refiere a la actitud de enfrentar la vida con valentía y determinación, dispuesto a conquistar cualquier desafío que se presente. Pero, ¿qué pasa cuando literalmente te comes una parte del mundo? Esta es la historia de cómo me comí a un árbol del mundo y cómo esta experiencia me cambió para siempre.
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Todo comenzó con un viaje a uno de los lugares más hermosos de mi país, un parque nacional conocido por su exuberante vegetación y sus impresionantes cascadas.
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Mi amigo y yo decidimos hacer una caminata por uno de los senderos más largos y desafiantes, con la esperanza de llegar a una cascada oculta que solo unos pocos aventureros habían logrado descubrir. Después de horas de caminar bajo el sol ardiente y atravesar senderos rocosos, finalmente llegamos a nuestro destino.
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La cascada era más hermosa de lo que habíamos imaginado, con agua cristalina cayendo desde lo alto de la montaña y creando un arco iris en su camino.
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Pero lo que más llamó mi atención fue un árbol gigante que se encontraba justo al lado de la cascada. Este árbol era diferente a cualquier otro que hubiera visto antes.
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Sus raíces se extendían por todo el suelo, sus ramas se alzaban hacia el cielo y sus hojas eran de un verde intenso. Me acerqué para tocarlo y sentí una energía especial emanando de él. De repente, una idea loca cruzó mi mente: ¿y si me comía una hoja de este árbol?.
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Sin pensarlo dos veces, arranqué una hoja y la puse en mi boca.
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Al principio, su sabor era amargo y extraño, pero luego se convirtió en algo dulce y delicioso.
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Mi amigo me miraba con incredulidad mientras yo seguía comiendo más hojas del árbol. Había algo mágico en ese acto, como si estuviera absorbiendo la fuerza de la naturaleza a través de esa hoja.
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Luego de un rato, mi amigo y yo continuamos nuestro recorrido, pero algo había cambiado en mí. Me sentía más conectado con la naturaleza, más fuerte y más vivo. Durante el resto del día, comí hojas de diferentes árboles y plantas, todas con sabores y propiedades únicas. Me di cuenta de que cada una de ellas me aportaba algo.